lunes, julio 31, 2017

UNIDOS por la ESPERANZA con la visita del Papa

Una experiencia indescriptible.
Quienes hemos tenido la fortuna de recibir al Santo Padre en el Perú, en los años 1985 y 1988, sabemos que las palabras son insuficientes para describir esa experiencia; además de que se trataba de un santo. Cuando San Juan Pablo II nos visitó, el Perú vivía una época de violencia interna que nos llenaba de temor día a día. El terrorismo y sus acontecimientos tan frecuentes nos obligaron a "sobrevivir", pues no sabíamos si al salir de casa regresaríamos con vida, o peor aún, si estando en casa seguiríamos vivos, por los conocidos coche-bombas que hacían explotar en cualquier lugar. 
La presencia de Su Santidad en una realidad como ésta nos trajo la esperanza que necesitábamos. Fue, el Vicario de Cristo, quien con la ayuda de Dios, pudo llenarnos de PAZ y vivimos días de abundante gracia divina. ¡Cómo no recordar esa sensación que desde que estaba en cielo peruano ya experimentábamos con su llegada! Era Paz, era GOZO, era ALEGRÍA, FELICIDAD, COMUNIÓN... era Dios que se manifestaba a través de nuestro Papa.

Nunca más.

Una experiencia similar... ni lejos. Nunca más. Han pasado 32 años y medio desde la primera visita de san Juan Pablo II al Perú y nada se ha parecido, si quiera, a esa experiencia. ¡Que lo diga cualquier persona que la vivió! ¡Que lo digan todos! Es algo indescriptible. Y Dios nos concede la gracia de la visita del Santo Padre Francisco en enero del 2018. ¡Oh, Señor! ¡Qué detalle tienes con-nosotros!

La visita del 2018.
Fuimos comunicados que el Papa Francisco estará en el Perú del 18 al 21 de enero y que visitará tres ciudades: Lima, Trujillo y Puerto Maldonado. Tres ciudades que congregarán multitudes ante una agenda que ya podemos sospechar que será muy ajustada. Y vayamos poniéndonos en los zapatos del Santo Padre al considerar la edad que tiene.

Y mientras tanto... ¿qué hacemos?
Lo primero, primero, primero... Ya nos lo ha dicho el Papa Francisco desde que asumió el Pontificado: recemos por él. Todos unidos. No hay diferencias, ni de razas, culturas, estatus económico, intereses políticos... ni de nada. El Papa es el líder de la Iglesia Católica, el líder del Estado Vaticano; es el Vicario de Cristo en la tierra. Recemos unidos por él, por sus intenciones y por los frutos de su visita al Perú. 
Segundo, formarnos. Tendremos entre nosotros a quien nos está enseñando, todos los días, cómo debemos seguir a Cristo. Las audiencias papales, las homilías, las exhortaciones y todo lo que la mente y corazón del Santo Padre en su docilidad al Espíritu Santo nos está transmitiendo. 
Tercero, preparémonos para aprovechar la gracia que un acontecimiento de estos nos trae. Ya nos lo decía padre Luis Gaspar, a los comunicadores parroquiales, que de nada serviría tanta asistencia de la gente, tanto movimiento, tanta organización, si no hay un afán de buscar la santidad. Pues estamos, todos, llamados a la santidad. Vivamos este gran acontecimiento, desde ahora, luchando y esforzándonos por tener una mayor cercanía con Jesucristo.

Nuestro Cardenal y Arzobispo de Lima nos ha hecho llegar una Carta Pastoral sobre la visita al Perú de Su Santidad el Papa Francisco, en la que nos manifiesta algunos puntos concretos, a mi criterio:

1. Su visita nos llena de una profunda alegría.

2. Nos motiva a una intensa oración por la persona del Papa Francisco, por sus intenciones y por el fruto apostólico de su visita.
3. Ésta es una oportunidad para meditar las enseñanzas y exhortaciones papales (ojo, tenemos varias. ¡Me quedo corta! ...muchas enseñanzas).
4. Es ocasión para mejorar nuestra práctica religiosa: frecuencia de sacramentos, rezo del rosario en familia, visita frecuente a las Capillas del Santísimo (en Barranco tenemos una de "adoración perpetua" - 24 horas para recibirte), los sacrificios - por pequeños que sean (somos un pueblo de sacerdotes) por los frutos de la visita.
5. Mirar con optimismo a nuestro país para forjar el desarrollo de la nación, afrontando el desafío con "el coraje de la fe y de la doctrina de Cristo".
6. Todos somos necesarios. Ya Irán publicándose los actos de la visita del papa, pero desde ya sabemos que necesitaremos 20,000 jóvenes para la guardia del Papa.
7. Nos manifiesta, el Cardenal Juan Luis, el gran acontecimiento que habrá en Lima el día 21 de enero, con una gran Celebración Eucarística.
8. En el párrafo de la despedida expresa sus plegarias por todos nosotros, pidiendo la unión con nuestro Papa Francisco.

Seamos instrumentos de Dios en estos meses. Él cuenta con cada uno de nosotros. Estaré escribiendo, paso a paso, todo lo referido a esta histórica visita del Santo Padre a nuestro país. El antes, el durante y el después, si Dios me concede esa gracia. Atentos. Unidos por la esperanza.
 

sábado, abril 29, 2017

SANTO TOMÁS DE AQUINO Y SUS MEDITACIONES

Leer es una práctica que disfruto desde hace media vida mía. Miro hacia más atrás (de mi media vida) y me sorprendo de cómo no estaba en mi gusto leer. Terminé mis estudios de Contabilidad en la Universidad de Lima y no me gustaba leer

Después de esa época empecé a ver de otra manera la lectura. Saboreaba de manera distinta las letras. Le encontré mucho mejor sabor a la lectura al estudiar en ESAN; allí descubrí que realmente se puede gozar una lectura (y eso que todas ellas fueron de textos sobre Administración). 
Gracias a ese gusto adquirido, y al servicio a la Iglesia es que el año pasado empezamos un Club de Lectura Católica, por el que leemos un libro con enseñanzas católicas al mes,
Para la reunión del mes de mayo, debemos haber terminado de leer las Meditaciones del Padre Nuestro y del Ave María que hizo Santo Tomás de Aquino. Textos muy recomendables.

Leer ante el Santísimo
Estoy leyendo el libro en la presencia de Jesús Sacramentado y sólo por ese
hecho la lectura ya tiene una dimensión sublime. Podrán imaginarse, si alguna vez leyeron algo de Santo Tomás, lo explícito y esquemático que es al narrar cada expresión en estas oraciones. La riqueza que ofrecen sus meditaciones sólo son capaces de hacer que el lector ame más al Señor. No hay otra opción.
Es grandioso, genial, maravilloso, lindo, tierno (y todos los adjetivos positivos), leer sobre Aquel a quien tienes en compañía. Es Él quien te mira cuando lees. Escucha tus reflexiones, mira con agrado cómo el corazón se te inflama y cómo el fuego que arde dentro de ti llega a quemarte.

Leer con la Biblia a mano
Si te animas a leer este libro, sugiero que lo hagas con la Biblia al costado. Si bien Santo Tomás escribe los versículos que cita, la recomendación ante mi experiencia es ir al texto citado en la Biblia y retroceder y/o leer un poco más de lo que continúa, como para que no quede duda del sentido al conocer el contexto.
Y, por si fuera poco, si tienes por costumbre subrayar, anotar y "trabajar" lo que lees, lleva tu lapicero y papeles amplios para trasladar a tu modo los esquemas que ofrece Santo Tomás al explicar cada una de las razones de cada una de las conclusiones a las que llega meditando estas oraciones.

Te recomiendo, entonces, esta lectura. Si lo haces, disfrútala con calma. Ve paso a paso, por cada petición, por cada expresión del Padre Nuestro y el Ave María, meditadas por este genial filósofo dominico y teólogo. ¡Provecho!