sábado, abril 29, 2017

SANTO TOMÁS DE AQUINO Y SUS MEDITACIONES

Leer es una práctica que disfruto desde hace media vida mía. Miro hacia más atrás (de mi media vida) y me sorprendo de cómo no estaba en mi gusto leer. Terminé mis estudios de Contabilidad en la Universidad de Lima y no me gustaba leer

Después de esa época empecé a ver de otra manera la lectura. Saboreaba de manera distinta las letras. Le encontré mucho mejor sabor a la lectura al estudiar en ESAN; allí descubrí que realmente se puede gozar una lectura (y eso que todas ellas fueron de textos sobre Administración). 
Gracias a ese gusto adquirido, y al servicio a la Iglesia es que el año pasado empezamos un Club de Lectura Católica, por el que leemos un libro con enseñanzas católicas al mes,
Para la reunión del mes de mayo, debemos haber terminado de leer las Meditaciones del Padre Nuestro y del Ave María que hizo Santo Tomás de Aquino. Textos muy recomendables.

Leer ante el Santísimo
Estoy leyendo el libro en la presencia de Jesús Sacramentado y sólo por ese
hecho la lectura ya tiene una dimensión sublime. Podrán imaginarse, si alguna vez leyeron algo de Santo Tomás, lo explícito y esquemático que es al narrar cada expresión en estas oraciones. La riqueza que ofrecen sus meditaciones sólo son capaces de hacer que el lector ame más al Señor. No hay otra opción.
Es grandioso, genial, maravilloso, lindo, tierno (y todos los adjetivos positivos), leer sobre Aquel a quien tienes en compañía. Es Él quien te mira cuando lees. Escucha tus reflexiones, mira con agrado cómo el corazón se te inflama y cómo el fuego que arde dentro de ti llega a quemarte.

Leer con la Biblia a mano
Si te animas a leer este libro, sugiero que lo hagas con la Biblia al costado. Si bien Santo Tomás escribe los versículos que cita, la recomendación ante mi experiencia es ir al texto citado en la Biblia y retroceder y/o leer un poco más de lo que continúa, como para que no quede duda del sentido al conocer el contexto.
Y, por si fuera poco, si tienes por costumbre subrayar, anotar y "trabajar" lo que lees, lleva tu lapicero y papeles amplios para trasladar a tu modo los esquemas que ofrece Santo Tomás al explicar cada una de las razones de cada una de las conclusiones a las que llega meditando estas oraciones.

Te recomiendo, entonces, esta lectura. Si lo haces, disfrútala con calma. Ve paso a paso, por cada petición, por cada expresión del Padre Nuestro y el Ave María, meditadas por este genial filósofo dominico y teólogo. ¡Provecho!