Desde que me enteré que empezaba el Año Jubilar por los 400 años de intercesión de Santa Rosa de Lima separé la fecha, y el 29 de agosto quedó sellado en la agenda. Una oportunidad irrepetible, pues estos acontecimientos así de grandes, sólo se dan cada cien años.
¡Ay, Rosita! ¡Ay, Rosita!
Cuatrocientos años intercediendo por nosotros. Y tenemos la osadía (y confianza) de seguir pidiendo tu intercesión.
Te pido, Rosita, por tu patria, por tu Perú, por tus hermanos peruanos, por tu sociedad limeña, peruana.
Míranos, muchachita bella y santa. ¡Mira en qué anda tu Perú!
Te pedimos, Rosita, que tus hermanos peruanos defendamos la vida desde su concepción; que cuidemos, respetemos y protejamos a la familia.
Ruega por nosotros, Santa Rosa de Lima.
Bueno, ha llegado el día. En la Plaza Mayor ya se va notando que andamos de fiesta. Alfombras de flores, arreglos en el atrio de la Catedral de Lima, la Policiía Nacional, los obispos, las sahumadoras, las Hermandades, los laicos devotos, la banda de músicos, etc. Toda una presencia festiva. Iniciamos el año en el que al final del mismo (agosto 2017) se cumplirán 400 años de tu partida al Cielo.
Me encuentro con Monseñor Adriano Tomassi, a quien le pido que me bendiga y, con su acostumbrado carisma y cariño, lo hace.
Camino a la Iglesia Santo Domingo, puedo apreciar las diferentes y muy bonitas alfombras de flores. Elaboradas a la perfección. ¡Qué talento! También puedo ver cómo la Policía Nacional bien uniformada y con gallardía espera, muy ubicada, la procesión.
Al interior de la Iglesia de Santo Domingo, la nave está llena de gente. No hay un asiento vacío. Felizmente, ya es casi hora del inicio de la procesión. El anda de Santa Rosa a un costado; a otro, el anda con las reliquias; y a otro el del Doctorcito.
Nos encontramos con gente conocida y querida... los seminaristas y su Rector. Seminario Santo Toribio, presente. Ellos han custodiado las imágenes y reliquias durante la procesión, a un costado de las andas.
La comisión de comunicadoras del Decanato 10 (Barranco, Surco, Surquillo), estrenando chalecos, hacíamos nuestra labor capturando las mejores instantáneas posibles, rezando y acompañando.
La procesión se inicia y mucha gente acompaña. La Policía Nacional rinde los honores a nuestra Santa Rosa de Lima, al salir de la Iglesia. Y empezamos a caminar hacia la Basílica Catedral de Lima. Comparto las fotografías, que es la mejor manera de narrar este acto de piedad y devoción.
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